Número 109. Junio 2014

«Estrellas de mar», «Pulpos» y «Delfines» junto a las maestras de la escuela de 0 a 3. (P. FERNÁNDEZ)

10 AÑOS ENTRE CHUPETES

La escuela de 0 a 3 años prepara una gala del décimo aniversario para el

12 de junio, donde también cambiará su nombre oficial por «La Marinera»

Junio 2014 / EL FARÍN

PAULA FERNÁNDEZ (Candás)

El mes de octubre de 2004 abrió sus puertas la escuela infantil de 0 a 3 de Candás. El centro, ubicado desde entonces en el barrio La Cruz, justo enfrente al cuartel de la Guardia Civil, ha vivido un aumento de la demanda de los padres que necesitan que sus hijos estén en las mejores manos mientras ellos cumplen con las exigencias laborales.

Estos 10 años entre chupetes, biberones, pañales y baberos comenzaron como un reto, tanto para las maestras como para las propias familias. Los primeros meses de vida de este centro no fueron fáciles. «No sabíamos qué iba a pasar porque hay desde bebés hasta niños de tres años. Cuando acabó esa promoción fue muy gratificante porque vimos que sacamos adelante un proyecto nuevo», reconoce Ana Castellano, docente de la escuela desde su apertura.

El centro se inauguró «muy bien equipado. De hecho, hay material de psicomotricidad almacenado que con una persona solo de apoyo somos incapaces de hacer algo», comentan. Sin embargo, no disponía de un recinto cerrado al aire libre para que los pequeños disfrutaran de su tiempo de ocio, con lo que «nos decían que saliéramos a jugar con ellos a los soportales de la entrada». Ahora, la escuela ya posee una zona ajardinada vallada junto al parque infantil, aunque «el problema es que no está cubierta y cuando llueve tenemos que dejar a los críos dentro», explica Eva María Cabrera Martín, que lleva siete años en la escuela. Otro inconveniente añadido es que «nos queda pequeña. Tenemos ocupadas todas las plazas, con ocho bebés, 13 de uno a dos años y 18 en el aula de dos a tres, con lista de espera», comenta Ana.

MENÚS MUY PERSONALIZADOS

Los alumnos, repartidos bajo los nombres de «Estrellas de Mar» (bebés), «Pulpos» (de uno y dos años), y «Delfines» (de dos a tres), comienzan a llegar a partir de las siete y media de la mañana a la escuela y se van a las cuatro de la tarde.

Los más madrugadores desayunan allí, un momento complicado de organizar para las docentes junto con la comida. «Hay muchos menús diferentes adaptados a cada niño. Los hay que toman el pecho de la madre o que todavía no comen pescado. Se dio el caso de tener cuatro bebés y cada uno con una comida distinta», explica Ana.

El objetivo de la escuela es «crear hábitos. Al principio cuesta, pero luego es cuestión de rutina. Si ven al de al lado comiendo, lo copian. Al igual que cuando se sientan en el orinal. Todo lo que se hace en la escuela es educativo», recalcan. Así, durante esta década han vivido situaciones gratificantes como que «los padres se sorprenden de que los críos de un año coman solos, cojan los vasos, recojan la mesa...», relata Eva María.

El mayor reto de la escuela de 0 a 3 de Candás fue desarrollar actividades lejos del local del barrio La Cruz. «Organizamos un festival en el que no sabíamos si iba a salir bien porque aquí son bebés y niños muy pequeños. En una ocasión, haciendo una representación de un belén, el niño Jesús se quedó dormido toda la función», recuerdan. El 12 de junio volverán a sacar a los alumnos para festejar el aniversario.

La gala, que se celebrará en el Teatro Prendes, servirá además para cambiar el nombre oficial de la escuela por «La Marinera», en alusión a la tradición pesquera candasina. Esa jornada será la graduación de los más mayores, y también habrá actuaciones relacionadas con «Mi Candás marinero», nombre del proyecto que desarrollan este curso en el centro. «Cantarán “Rebolleres de mi alma”, “Candás tiene tres cosas” y “Que lleves en esa saya” vestidos con el traje de marineros», avanza María Cortina González, otra de las docentes. La fiesta del décimo aniversario contará con la actuación de «Gabiana», un agradecimiento de la directora del centro, María Jesús Domínguez, y varias sorpresas por desvelar.