Número 110. Julio 2014

UN ANTÓN EN LA CARBONERA

Una familia de Candás descubre en la despensa un cuadro del escultor sobre el cabo de San Antonio

Julio 2014 / Carreño

PAULA FERNÁNDEZ (Candás)

Una obra de Antón (Antonio Rodríguez) apareció junto a enseres, trastos y demás objetos en la carbonera de una vivienda de Valdés Pumarino. El cuadro fue rescatado de este cuarto por una familia de Candás que ni siquiera sabía el tesoro que atesoraban desde hace años. Y es que la pintura pasó de unas manos a otras en las últimas décadas. Primero «formó parte de la decoración de los almacenes de Vinos Tascón y más tarde estuvo guardado en un garaje del centro de la villa». Un buen día, haciendo limpieza, apareció la obra junto a otra de autor desconocido. En un primer momento pensaron en tirarlas a la basura, pero finalmente lo dejaron en manos de María Jesús Fernández Iglesias, artista local, para que se encargase de su restauración.

La pintora candasina hizo que el cuadro de autor anónimo volviese a la vida, pero no tocó el otro porque desde el primer momento sospechó que se trataba de una obra de Antón. La familia, por tanto, quiso tener otra opinión experta para certificar que así era, y llevaron la pintura al Museo Antón para su valoración. «Dolores Villameriel (directora del Museo) comentó que lo más seguro es que fuera de Antón porque estaba hecho con los mismos trazos», subraya la familia, que prefiere mantenerse en el anonimato.

El Antón en cuestión plasma el litoral candasín desde un punto del actual paseo marítimo. Y es que en él aparece el costado derecho del cabo de San Antonio, con su capilla, la zona de bosque e incluso el faro de Candás.

Dolores muestra la nueva adquisición para el Museo Antón. (P. F.)

La familia quiere que el Museo Antón se haga cargo de él y para ello espera dejarlo allí en depósito por unos años, un detalle que ya conocen los herederos del escultor. El centro cultural financiará su restauración y también correrá a su cargo el marco y el cristal, para que sea acorde con el resto de obras del escultor que hay en la casa de Santolaya. Esta nueva adquisición pasaría a formar parte de la pinacoteca que atesora este centro cultural en el año en que celebran su 25 aniversario.

La familia candasina que guardó esta obra que casi acaba en la basura, reconoce que el valor de la misma «ya no es monetario, sino sentimental, porque hace alusión a Candás».