Número 120. Mayo 2015

Carreño se queja de que Gozón pague casa en Candás a las minorías étnicas

El Gobierno local critica la estrategia del concejo vecino, mientras que ataja las deficiencias del poblado de Piñeres con obras por valor de 18.560 euros

Mayo 2015 / Carreño

PAULA FERNÁNDEZ (Candás / Luanco)

El Ayuntamiento de Gozón subvencionó desde 2009 alquileres para familias de minorías étnicas en Candás, Avilés y Corvera. Así lo reconoce la propia Fundación del Secretariado Gitano. Un informe de la citada entidad señala que «en Gozón, las familias accedieron a una vivienda normalizada, fundamentalmente fuera del municipio y con ayudas de apoyo económico al alquiler de vivienda para población de etnia gitana previstas en el Plan de Erradicación del Chabolismo».

Se trata de una estrategia criticada por el Ayuntamiento de Carreño. En este sentido, su vicealcaldesa, Amelia Fernández López, valoró que el Gobierno gozoniego paga las rentas en otros municipios para «deshacerse del problema».

El Ayuntamiento de Carreño trata de paliar las necesidades de las personas más desfavorecidas a través de la concejalía de Servicios Sociales. En relación al colectivo gitano, la intención del Consistorio es arreglar el poblado de Piñeres, para lo que invertirá 18.560 euros. El gasto se hará con cargo al remanente de tesorería de 2014, aprobado en el Pleno extraordinario del 15 de abril. Buena parte del dinero recaerá en la renovación de los canalones de los prefabricados.

El objetivo es acabar con las filtraciones que se producen en los bajos de los módulos y que provocan humedades en todas las viviendas. Un estudio elaborado por la Oficina Técnica municipal en 2013 determinó que estos sistemas de conducción de aguas pluviales estaban mal instalados.

De hecho, los canalones evacúan a unos 15 centímetros del suelo, provocando charcos al lado de los prefabricados. La concejala de Servicios Sociales, Teresa Álvarez García, desconoce aún si los nuevos sistemas irán enganchados a la red general, aunque adelanta que no acabarán en el subsuelo de las viviendas.

Las obras también incluirán el asfaltado del terreno, la instalación de aceras y la colocación de viseras en las puertas de los módulos, un sistema con el que se espera evitar que entre el agua de lluvia.

DERRIBO DE

PREFABRICADOS

Las actuaciones en el poblado de Piñeres no se limitan solo a la ejecución de obras. «Vamos a ver qué viviendas están en peores condiciones y las derribaremos para reubicar a las familias que viven allí en otras en mejor situación dentro del mismo poblado», incidió Fernández López. La edil de Servicios Sociales concreta que hay nueve módulos habitados de los 12 que conforman el barrio.

Por ahora, se descartan los realojos fuera de Piñeres. En este sentido, Fernández López concretó que alguno de los demandantes que urgen su realojo a viviendas sociales no cumplen los requisitos mínimos.

Argumentó que, en algún caso, «los ingresos de la unidad familiar superaban tres veces el baremo que se establece para acceder a un piso social». Además incidió en que «hay personas que podrían convivir en una comunidad de vecinos pero otras no están todavía integradas».

La madre de Yanet Jiménez, contenta después del sorteo de Vipasa celebrado el 10 de abril. (P. F.)

«Estoy muy contenta porque cobro unos 500 euros y pagaba de alquiler 200»

Mayo 2015 / Carreño

P. FERNÁNDEZ (Candás)

El salón de Plenos estaba a rebosar de vecinos. Todos ponían sus esperanzas en que sus números salieran del bombo. El premio: una de las cuatro viviendas de protección autonómica que Vipasa sorteó, ubicadas en la plaza Gremio de los Mareantes, y que hasta entonces estaban vacías. Muchos de los presentes se aferraban a una hoja donde anotaron los números de la fortuna, como si de una casa de bingo se tratase.

Finalmente, el bombo empezó a moverse y salieron las bolas agraciadas.

Entre los afortunados, Victoria Jiménez Jiménez, de 22 años. La vecina de Candás, visiblemente emocionada, se abrazó a sus familiares nada más saber que por fin iba a tener vivienda. Y es que era la tercera ocasión en que solicitaba un piso social.

Su situación económica era precaria, como la de muchos de los presentes. «Estoy contenta porque cobro unos 500 euros y pagaba de alquiler 200 en un piso que tampoco estaba muy bien», comentó momentos después del sorteo. Allí residirá con su hija.

Otra de las ganadoras fue Yanet Jiménez Jiménez, quien no se podía costear un alquiler. «Vivía con mi madre en un piso que compartíamos seis personas, con dos crías pequeñas», explicó.

Su nuevo hogar está al lado del de su progenitora. A su madre le tocó una vivienda hace 15 años en la plaza Gremio de los Mareantes.

Los nervios se calmaron para las cuatro familias agraciadas, mientras que se vieron caras largas entre el resto de los asistentes. La propia concejala de Servicios Sociales, Teresa Álvarez García, presente en el sorteo, no pudo evitar emocionarse al ver los sentimientos encontrados de los vecinos.Una mujer, que quedó en lista de reserva, no entendía el sistema de adjudicación. «Yo era la primera en la puntuación de los baremos, pero al final hicieron sorteo y no me tocó», lamenta.