Febrero 2016 / Comarca 

PAULA FERNÁNDEZ / LORENA VENTURA

(Luanco / Candás)

Los gozoniegos pagarán un 25% más en tributos que los vecinos de Carreño en casos de compra y herencia de pisos de segunda mano en 2016. Es lo que ha aprobado el Principado mediante sendas resoluciones en el Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA) del 31 de diciembre de 2015 y el 5 de enero de 2016. Dichas resoluciones entraron en vigor el 1 de enero y marcan los coeficientes que se aplican al valor catastral de los inmuebles para calcular el importe del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP).

Los nuevos coeficientes suponen una desvalorización del 27,5% en relación al valor de mercado que el «catastrazo» había supuesto para las viviendas de Carreño y supondrá una importante rebaja en la factura que tendrá que abonar quién herede o compre un piso o una casa de segunda mano durante 2016 en el concejo.

En los últimos dos años, los dos municipios tenían el mismo coeficiente (1,9), pero ahora las cosas cambian: el de Carreño se sitúa en 1,45, mientras que el de Gozón es 1,80.

CASI 3.000 EUROS MÁS

Este cambio tiene repercusiones directas en los bolsillos de los ciudadanos. Así las cosas, en igualdad de condiciones (una vivienda tipo con una valoración catastral de 100.000 euros), tiene un valor mínimo de escritura en Carreño de 145.000 euros, y en Gozón la cifra asciende a 180.000. Al aplicar el ITP (que es del 8%), los gozoniegos pagarían casi 3.000 euros más (14.400 frente a los 11.600 euros que deberían afrontar los propietarios de Carreño).

Con todo, estas novedades no afectarán en nada al Impuesto de Bienes Inmuebles, (IBI), pues el coeficiente no es de aplicación para calcular la «contribución», sino apenas para las transmisiones.

Tanto en Carreño como en Gozón, el IBI continuará subiendo todos los años, hasta 2023, debido a que la ponencia de valores del año 2014, popularmente conocida como «catastrazo», se mantiene inalterada.

Dicha ponencia generó descontento vecinal debido a los altísimos valores hipotéticos que atribuyó a las viviendas de ambos concejos, encareciendo mucho la factura de la «contribución», que se calcula aplicando al valor catastral un porcentaje que aprueban los ayuntamientos. En este aspecto, Gozón está doblemente penalizado, pues ese porcentaje es del 0,74, frente al 0,59 de Carreño. El recibo, en algunos casos, se duplica. Entremedias, en los tres últimos años, el coste hipotético que las administraciones han atribuido a las viviendas de la comarca ha experimentado un baile de cifras incomprensible, con repercusiones directas en la presión tributaria.

Un ejemplo. Piso de 50 metros cuadrados útiles en Candás, sin ascensor ni gas natural. En 2013, el Catastro le atribuía un valor de mercado de 48.000 euros, pero no se podía escriturar por menos de 59.040 euros (valor a efectos del ITP). Un año después, en 2014, el «catastrazo» le marcó un valor de mercado de 96.000, con consecuencias obvias para la factura de la contribución. Y sólo dos años después, en 2016, el Principado corrige a la baja el «precio» del «catastrazo». Ahora «vale» unos 69.000, casi 30.000 euros menos, pero solo a efectos del ITP. Seguirá pagando IBI como si «costase» casi 100.000.

En su día, Hacienda rehusó publicar los datos que usó para elaborar el estudio de mercado que determinó el «catastrazo». Los alcaldes de ambos municipios por aquel entonces, Ángel Riego (Carreño) y Ramón Artime (Gozón), dieron por buena la revisión catastral sin conocer al detalle cómo se había realizado. Por lo tanto, no presentaron alegaciones al documento. Ahora, habrá que esperar hasta 2019 para poder reclamar al Catastro que renueve los valores. 

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La Vallina acumula gran parte del stock inmobiliario de Gozón. (P. FERNÁNDEZ)