Descarga la portada en .pdf >> Número 137. Octubre 2016

Los polos y polares iban con el nombre del Ayuntamiento de Gozón y eran del azulón característico. (J. M.)

¡ROPA DE FUNCIONARIO A UN EURO, OIGA!

Octubre 2016 / Gozón
LORENA VENTURA (Oviedo)

Los coleccionistas más avezados se parapetan a primera hora de la mañana en los rastros asturianos buscando su «joya» del día. En estos mercadillos se ha despachado toda clase de objetos vintage para nostálgicos, alguno de ellos con vinculaciones con Gozón y Carreño, como postales de los primeros coletazos del «boom» turístico.

Pero, ¿quién iba a esperar encontrarse la supuesta ropa de trabajo del Ayuntamiento de Gozón? Un puesto del rastro del Campillín (Oviedo) vendió el domingo, 25 de setiembre, forros polares, polos y pantalones en el azulón característico y con el nombre de Consistorio, aunque sin el escudo del concejo, a partir del precio simbólico de un euro. Se trataba de prendas a estrenar, es decir, nuevas y con etiqueta. Y de una marca muy conocida en los círculos laborales: Monza. Un auténtico chollo, dado que los forros polares se compran en estos rastros a unos cinco euros, previo «regateo», cuando en el mercado convencional superan los 20 euros, precio al que hay que sumar los impuestos correspondientes.

El rastro de Oviedo vendió forros polares, polos y pantalonesdel Ayuntamiento de Gozón

Cómo pudieron acabar estas prendas en el mercado alternativo? Se trata de una incógnita que, por razones obvias, los vendedores no suelen desvelar. Aunque en la mayoría de las ocasiones no tiene que ver necesariamente con una ilegalidad, ya que suele ser stock. «Procede del sobrante de tiendas o fabricantes de ropa laboral», clarifica un comprador.

El rastro del Campillín destaca por el gran número de ropa que se vende. «Encuentro mucho de grandes empresas tipo Ensidesa (ArcelorMittal)», explica en el mercadillo.
Sorprende que estas prendas de trabajo pasan de administraciones públicas o grandes empresas privadas a manos de pequeños autónomos o trabajadores a tiempo parcial. «Normalmente compran mucho personas de Europa del Este para trabajar en el campo o enviar a su país», aclara la misma persona. Por eso, los más críticos censuran que «podría pagarse con nuestros impuestos, con el dinero de todos, y acaba en un rastro», explica la misma fuente.