Echanove, sentado en un sofá del Hotel Marsol, donde se aloja el reparto de La Zona. (L. VENTURA )

Junio 2017 / Carreño

LORENA VENTURA (Candás)

 

Interpreta a un industrial sin escrúpulos en La Zona, una serie con un plantel de actores de primer nivel que se está rodando en varios concejos asturianos, entre ellas, Carreño. Juan Echanove encuentra coincidencias entre realidad y ficción: «Resulta coherente que una serie apocalíptica se ruede en localizaciones contaminadas». El madrileño, que presentó «Un país para comérselo» en Televisión Española con Imanol Arias, también destaca la gastronomía local y la amabilidad de los vecinos.

 

–¿Había estado antes en Candás?

–Sí, de niño. Mis padres me trajeron de vacaciones un verano cuando tenía siete años. Era 1968. Andábamos entre Candás y Perlora. Está muy cambiado. Antes era más villa de pescadores. No recuerdo el Hotel Marsol (se inauguró dos años después), pero sí los chigres. 

 

–Resulta curioso que una serie apocalíptica se ruede en una de las zonas más contaminadas de Europa...

–El cine se basa sobre todo en localizaciones que puedan de alguna manera ilustrar la historia que se quiere contar. Esta serie narra un supuesto accidente nuclear en un entorno como es la costa asturiana. Un poco como Fukushima o Chernóbil. Siempre que recorro la costa cantábrica y veo las grandes térmicas y las grandes cementeras, por noche, se me parece a Blade Runner (película de culto de ciencia ficción dirigida por Ridley Scott), a una sociedad futurista, por la iluminación realmente intimidante. Rodar una catástrofe nuclear en Carreño, que es un sitio con altísima contaminación y totalmente asolado, como gran parte de la costa, por la maquinaria industrial sin medida, no me parece curioso, me parece coherente.

 

–¿Cómo es la gastronomía que ha disfrutado en Carreño?

–Gracias a mi profesión viajo muchísimo. Me gusta la gastronomía de cada sitio. Asturias tiene un producto excelente. Dentro de esto tiene varios exponentes que son punteros en la cocina diría que mundial. Pedro Morán (Casa Gerardo), Nacho Manzano, Abel Álvarez (Güeyu Mar)… aparte de otros muchos. Pero en cualquier sitio, cualquier sidrería, encuentras una cocina casera muy sincera y, sobre todo, gran amabilidad del personal. 

 

–Si es confesable, ¿de qué tenía antojo ayer (29 de mayo) en Casa Repinaldo?

–Cené un pollo asado con chumichurri riquísimo. Uno de los pollos más ricos que he comido. Una cosa normal con una ensalada, pero estaba buenísimo. Y de postre, arroz con leche sin caramelo.

 

–¿Cómo es el personaje que interpreta en La Zona?

–Soy un tipo, un industrial, un empresario, que se dedica fundamentalmente a gestionar la limpieza, el desmontaje y el cuidado de la zona en exclusión, de la prohibición. Y evidentemente eso genera una serie de conflictos y de tramas negras, mafiosas, en el que mi personaje es el centro de todo. 

 

–Que es malo, malísimo…

–Sí, un poco sí. Bueno tampoco. Es un empresario sin escrúpulos.

 

–¿Qué más cosas va a deparar La Zona?

–Buena televisión. Creo que todo el mundo sabe que Jorge Sánchez-Cabezudo y su hermano (Alberto) son unos grandes guionistas. El equipo de esta serie es un equipo de cine de mucho nivel. Y la verdad es que noto cuando estoy rodando que hay una exigencia y un deseo de hacer las cosas muy pulcras y muy bien. 

 

–Aparte de la serie, ¿en qué proyectos anda metido?

–Sigo de gira con un espectáculo de teatro que he estrenado en la Compañía Nacional de Teatro Clásico que se llama Sueños de Quevedo. Y ahora me toca girar y girar. Participaré en otra serie que todavía no puedo concretar.

 

–¿Y películas?

–He estado muy involucrado en el proyecto de Cuéntame durante 12 años y eso me ha impedido trabajar en el cine. Vendrán películas, pero, vamos, que mientras que las series de televisión que se hagan sean como La Zona, es decir, con ese nivel, la diferencia con una película de cine es mínima. 

 

–Hablando de Cuéntame…

–(Interrumpe la pregunta) No, sin comentarios. No hablo nada, absolutamente nada (Su salida de la serie ha sido polémica. El actor declaró a El País: «No me voy por voluntad propia»).

 

–¿Con qué se queda de este rodaje?

–Estoy trabajando de maravilla. Me encanta encontrarme con compañeros como Emma (Suárez) que hacia mucho tiempo que no me encontraba. Somos muy buenos amigos, pero estas cosas que tiene la profesión hacía tiempo que no nos veíamos. (La entrevista se entrecortó previamente al ver a la actriz. EL FARO vivió el reencuentro) Y no solo a ella, si no también a Eduard (Fernández), Alexandra (Jiménez), Álvaro Cervantes…  Gente muy maja. Pero sobre todo cuando vi Crematorio, dirigida por Sánchez-Cabezudo, siempre pensé «joder cómo me gustaría trabajar con este tío» y mira tú por dónde. 

 

–¿Cómo es la gente de Candás?

–En este pueblo la gente es extraordinaria. Es especialmente cariñosa y amable. No ha habido un solo sitio, una sola persona que me haya pedido una fotografía o un autógrafo, que me haya sentado a tomar un café en una cafetería, comer donde sea… no ha habido nadie, nadie, nadie que no me haya recibido con una generosa sonrisa y, a partir de ahí, he pasado un rato realmente increíble. 

 

–Vamos que no se ha topado con ninguna persona «quemada»…

–Me sorprende porque vivimos en un momento que es tan histérico en el que parece que todo el mundo está enojado por todo. Aquí estoy sorprendidísimo. Me encanta que hayan sido tan amables y a mí me gusta corresponder.