Descarga la portada en .pdf >> Número 209. Octubre 2022

Valoran en 7,5 millones de euros una fallida urbanización mirando a Rebolleres

La finca, entre el cementerio y el Primero de Mayo, iba a albergar casas con piscina y garajes, pero acabó en el «banco malo

01/10/2022 / Carreño

LORENA VENTURA (Candás)

7.540.080 euros. Esta es la importante cifra en que se ha valorado una propiedad en Carreño en una de las últimas subastas publicadas en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

Lo llamativo es que el lote ofertado al mejor postor es un solar donde tendría que haber una urbanización, pero no llegó a materializarse. Sin embargo, la subasta indica en el capítulo de bienes que sobre dicha finca, llamada «El Bravón de Cabida» y de 5.464 metros cuadrados, «existe» un conjunto residencial integrado por 20 chalés. Y entra más en detalle: «Disponiendo de zonas comunes de paso rodado y peatonal, un local en el subsuelo para 20 plazas de garaje bajo dichas zonas comunes. Y un trozo de terreno destinado a equipamiento deportivo, piscina, así como recinto para infraestructuras comunes, de suministros y de comunicaciones». Todo mirando a la mar, a la playa Rebolleres y con vistas panorámicas al casco urbano.

El caso es que en Candás no hay ningún lugar de estas características. Está la urbanización del Llagarón, que sí tiene chalés independientes, pero no con piscina y espacios deportivos comunitarios. También hay dos urbanizaciones en la calle La Matiella con piscina, pero no cuentan con viviendas unifamiliares, son pisos. Habría que desplazarse a la urbanización de Xivares (Albandi) para encontrar algo similar, pero ni siquiera cuadra el número de metros cuadrados.En realidad, la finca subastada está en la carretera del cementerio, entre el propio camposanto y el Primero de Mayo. El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Carreño ya incluye el Estudio de Detalle de la fallida urbanización. Dentro de este área de planeamiento, que no acabó de desarrollarse, hay un modesto edificio de 1962, que tiene siete pisos de 58 metros cuadrados más una carbonera en bajo y tres alturas. Un inmueble sin Comunidad de Propietarios, dicho en otras palabras, sin división horizontal, de ahí que solo tenga una única referencia catastral.

La subasta, tramitada por el juzgado de primera instancia número 7 de Gijón, finalizó sin pujas en la antesala del verano. Para participar había que depositar 377.004 euros, es decir, el equivalente al 5% del valor de la subasta. Las diferentes ofertas debían realizarse en tramos de 150.801 euros.

SIN PUJA MÍNIMA

En este procedimiento no había puja mínima y aún así quedó desierto. Un resultado quizá influido, no solo por la inexistencia de la urbanización, sino también por las importantes cargas que debía asumir el ganador de la subasta. De entrada, la cantidad reclamada asciende a casi dos millones (1.754.126 euros).

Según explican fuentes de toda solvencia, detrás este bien está la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) también conocida popularmente como «banco malo». Es uno de los polémicos activos de las entidades financieras españolas que recibieron ayudas públicas.

En global, el rescate de hace una década supuso una inyección de más de 60.000 millones de euros, la mayoría sufragado de fondos públicos, con dinero de todos. En este contexto de estallido de la burbuja inmobiliaria, cabe recordar que el Banco Popular fue vendido por un euro.