Los vecinos recuerdan en el escrito que inicialmente estaban conformes con el ensanchamiento de «unos 50 centímetros de carretera, con vistas únicamente al arreglo de dicha carretera para el beneficio vecinal», pero «ningún tipo de actuación más». Sin embargo, inciden en que ahora el plan incluye «un ensanchamiento muy superior y la creación de una nueva senda en uno de los márgenes», lo que ocasiona «perjuicios graves» en los terrenos. «El proyecto parte alguna finca por la mitad, con lo que ya no podrían construir una casa», lamentan. Y en líneas generales, la mencionada senda «invadiría las propiedades de los afectados, dañando gravemente su patrimonio al tener que retranquear los muros y cierres existentes, siendo en muchos casos imposible su colocación posterior».

La directora general de esta Consejería, María Esther Díaz López, ya admitió el pasado 11 de noviembre a los vecinos que «el proyecto tiene carencias; seamos realistas. Es mejorable y ajustable en siete puntos porque no se miró a fondo». Uno de los técnicos que la acompañó a la reunión con los vecinos explicó que había casas «muy perjudicadas» porque «efectivamente y prácticamente, se le mete la carretera en casa. Esto se va a corregir con un modificado del trazado».

El mismo profesional aclaró que el origen del problema es «el arcén coloreado o la senda peatonal» que solicitó el municipio. «Para poder hacer este arcén, hay que hacer las desviaciones que nos han llevado a estar aquí», anotó.