Así, alerta que, de no aprobarse los presupuestos, «el Ayuntamiento gestionará miserias y trabajará necesidades de 2024 con ingresos de 2022». El presupuesto de ese año fue de 16,2 millones de euros, donde casi 2,5 venían de subvenciones.

A la cuantía de este año habrá que añadir, en los meses de mayo o junio, la resultante del remanente del ejercicio anterior. «A día de hoy desconocemos qué cuantía resultará y sólo se podrá gastar en inversión sostenible, es decir, que no genere más gasto al presupuesto, como pueden ser obras en caminos, parques o compra de equipamiento», explica. Por ello «es necesario que el presupuesto salga adelante o 2024 será un año de poca flexibilidad financiera y apuros».

​

Las únicas incorporaciones son partidas para «el mantenimiento en colegios, la contratación de carpas para eventos y fiestas, cubrir eventos estivales y poder ayudar a las asociaciones vecinales». También hay una partida nueva para el refuerzo de limpieza viaria en verano y una para el CAI «para ir respaldando y aumentando las actividades de los usuarios».

Con la situación actual y las dificultades por la falta de ingresos, García aclara que se han presentado unos números «muy ajustados, reordenados y condicionados a lo ya comprometido». Insiste en la necesidad de contar con el apoyo del Pleno para aprobar el documento económico que regirá 2024. De lo contrario, «se tensionará todo el ejercicio y se reducirá la capacidad de desarrollo y colaboración en las actividades de todo el año».

«Necesitamos tener presupuesto cuanto antes o las inversiones comprometidas corren riesgo. De no salir adelante, pueden desaparecer las inversiones en caminos, obras y mejoras de servicios y las subvenciones a entidades y asociaciones ya que, al tratarse de un presupuesto prorrogado, estas no se prorrogan por ley», matiza el alcalde.

Ante la poca capacidad inversora que se presenta, el equipo de gobierno asegura que han renunciado a iniciativas contempladas en el programa electoral para «priorizar las necesidades básicas del concejo como son los servicios públicos, los servicios sociales, el mantenimiento de infraestructuras y el deporte y la cultura». Por ello, adelanta que «los grandes proyectos, por desgracia, deberán esperar, a no ser que se vaya a un crédito extraordinario».