También expresó sus dudas sobre la competencia de la Educadora Social en el asunto, ya que «el único informe que consta en el expediente está firmado por ella». «Es complicado poder erradicar el chabolismo cuando seguimos empadronando gente en ese barrio», prosiguió Cuétara, insistiendo en que se trata de una postura contradictoria entre lo recogido en el plan y la llegada de un nuevo vecino a las infraviviendas ubicadas a las afueras de Luanco.

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La concejala de Servicios Sociales, Alba Escandón Acuña, señaló que «los empadronamientos son temas técnicos en los que esta concejalía no interviene». Además, refirió a una ley posterior al decreto de 2005 por la que se produjo otro empadronamiento a posteriori, además del mencionado por los populares.

El alcalde, Jorge Suárez García, intervino en el debate entre Cuétara y Escandón para recordar que se trata de un tema «que afecta a la privacidad de las personas». «Ni has intervenido, ni debes ni podemos», dijo el regidor dirigiéndose hacia la concejala socialista.

La edil reconoció ser desconocedora de los motivos del nuevo alta en La Paxarada y se comprometió a llevar el asunto a una comisión informativa una vez recabada la documentacion necesaria. La concejala destacó que «algo se ha hecho» en materia de chabolismo ya que, actualmente, sólo residen en el poblado luanquín seis personas. También recordó que, como responsable del área de Servicios Sociales, conoce bien la zona y la situación «y ya he subido varias veces».

En marzo del pasado año, el núcleo acogía a siete unidades familiares compuestas por catorce personas. Por su parte, en el de Las Carboneras vívía únicamente una familia de cuatro miembros, mientras que el chabolismo fue erradicado en Santa Ana en 2018,  siendo reubicadas las familias en diferentes viviendas de emergencia social.